Cocina con flores

Desde hace más de treinta años Paula Mendez Carreras cocina con flores.

Su amor por la cocina –heredado de su familia correntina y de los veranos llenos de aromas intensos, frutas y colores– fueron marcando su interés por los sabores.

"Las violetas, las rosas, la lavanda, el azafrán y tantas otras flores comestibles se colaron en mi vida. Entraron por la ventana de mi cocina y enriquecieron mis platos con sus particulares sabores y aromas. Y desde hace años, me encontré con la realidad de que muchas de las cosas que cocino están vinculadas a las flores comestibles."

En 1998, por ejemplo, yo ya servía un helado con polvo de orquídeas. Mi suegra me había regalado un polvo de orquídeas delicioso que había comprado en un viaje al Líbano y que yo usaba sin vergüenza, porque siempre me gustó explorar en mi cocina. Siempre recuerdo esa bolsita que decía: poudre d’orchideé sauvage y cómo entendí que con esa flor estaba asistiendo a una señal que interpreté de inmediato: quería que las flores fueran un sello de mis recetas.

Así fue cómo me contacté con Cristina Martin, una de nuestras principales cultivadoras de flores comestibles en Argentina.

"Ella me enseñó muchísimas de las cosas que yo sé sobre flores. La cadena del plato es larga. Lo que se ve servido es simplemente el resultado de un extenso camino que, en algunos casos, comienza en el jardín de personas como Cristina y su esposo. En mi caso, el camino creo que empezó en la casa de mis abuelos, en la provincia de Corrientes, donde yo pasé gran parte de mi infancia. Una infancia llena de flores, aromas deliciosos y riquísimos sabores que me marcaron el camino hasta el día de hoy."

Paula Mendez Carreras

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